miércoles, 11 de enero de 2012

El miedo, nuestro compañero.

Lo queramos o no , siempre que nos enfrentamos a una situación desconocida, o a cambios en nuestra vida, vamos a experimentar incertidumbre y miedo... y esto es algo que nos sucede a todos, forma parte de la vida... del crecer, del avanzar y del sentirnos más grandes.
Lo que sucede es que los miedos nos paralizan y esto bloquea nuestro progreso.  Es bueno para nosotros comprender y aceptar, que la única salida que tenemos si queremos avanzar, es atravesar el miedo... es decir, hacer lo que nos  asusta... ¡aunque nos asuste!... 
(Dibujo de Almudena Cock a Doodle Doo)
Lo más interesante de nuestros miedos, son precisamente ese bloqueo y esa inmovilización, que nos están indicando el camino a seguir para ensanchar nuestra vida. 
Nuestros miedos nos marcan por donde tenemos que ampliar ese "espacio de confortabilidad", esa caja en la que nos hemos metido y que nos encorseta y ahoga. 

Cuando miramos los diferentes tipos de miedo, podemos ver de que forma nos bloquean la vida. 
Tenemos los miedos a cosas que aparentemente no controlamos y que nos suceden o pueden sucedernos en la vida: la soledad, la vejez, la enfermedad, la muerte, un accidente, perder a un ser querido, un cambio, la inseguridad económica, la jubilación, el abandono...
Ante ellos nos sentimos impotentes, desvalidos, víctimas sin la más mínima capacidad de maniobra.
También tenemos miedo a: conducir, tomar decisiones, equivocarnos, hablar en público, hacer nuevos amigos, terminar con una relación, comenzar una relación nueva, cambiar de trabajo, emprender un nuevo negocio...  y que nos exigirían actuar de alguna forma.... y que al no hacerlo nos impiden enriquecernos y vivir más plenamente, menguando además nuestra autoestima.
Y están los miedos que tienen que ver con nuestro interior, con nuestro yo y nuestra mente: miedo al fracaso, a la desaprobación, al no poder, a la pérdida del respeto de los demás, a la vulnerabilidad, al triunfo, al rechazo, al engaño... con ellos nos negamos a nosotros mismos nuestra grandeza.
Susan Jeffers nos explica, que tras todos estos miedos, sean del tipo que sean, en realidad hay un único y gran miedo... la madre de todos los miedos... y también la clave para enfrentarnos a ellos.
El más grande de los miedos es: ¡NO PUEDO MANEJAR ESTO!, y se resume como nos dice ella en:
"En el fondo de cada una de tus miedos está simplemente el miedo a no poder afrontar lo que puede depararte la vida"
¿Que significa esto? Es muy sencillo, lo que nos estamos diciendo a nosotros mismos es:

  • No puedo afrontar mi divorcio.
  • No puedo afrontar  una enfermedad.
  • No puedo afrontar el no tener dinero.
  • No puedo afrontar la soledad.
  • No puedo afrontar el fracaso.
  • No puedo afrontar el engaño.....

Y la realidad es, que si supiéramos que podemos afrontar cualquier situación ... ¡No tendríamos miedo!... 
 Lo importante de esto,es saber que para manejar nuestros miedos no tenemos que cambiar el mundo exterior... ¡no tenemos que controlar las situaciones y las personas!... ¡no tenemos que protegernos permanentemente!... solo tenemos que AFRONTARLOS.
"Afrontar se puede definir como el  proceso que nos pone en marcha para hacer frente a situaciones estresantes, aunque la puesta en marcha de este proceso no garantice el éxito del mismo".
Lo importante para que afrontemos nuestros miedos es: 

  • Confiar en nuestros recursos.
  • Querer alcanzar nuestro objetivo. 
  • Asumir el riesgo de perder. 
  • Estar dispuestos a aprender y experimentar.


 Porque, una cosa es segura, nuestros miedos nunca desaparecerán mientra vivamos y sigamos creciendo, y la única manera de librarnos de ellos es afrontarlos y hacer aquello que nos da miedo... al final es mucho mejor afrontar el miedo que seguir viviendo con él enredado en nuestro corazón y llenos de impotencia.